Por fin, después de 6 meses de
entrenamiento, llegaba el momento. Muchas ganas ya, de poder correr por correr,
de no tener que estar pensando en llevar la mochila, en planificar recorridos
que se ajustasen a determinado kilometraje, en cuadrar la vida familiar con las
tiradas de los findes, etc. Es verdad que las carreras se disfrutan, y mucho,
pero el sacrificio del amateur es demasiado. Y no por la dureza de los
entrenos, sino por la cantidad de tiempo que hay que dedicarle. Y más que a
cada tirada en sí, al total. En mi caso, 6 meses. Que sobre todo, al final, ya
por junio, cuestan mucho…
Después de haber superado la prueba
del TP 60 en 2013 más que satisfactoriamente, por todo lo que disfruté la
carrera, las buenas sensaciones y sobre todo, sin lesión alguna ni molestia, en
principio, drogado por las endorfinas, pensé en que en 2014 tocaban los 110.
Así, en frío, a bocajarro.
Pero pasado el verano, intentando
preparar como pude el Maratón de la Montaña Solidaria en el Escorial, que corrí
muy relajado, porque la semana anterior, sufrí psicológicamente como un bellaco
el Cross de la Cuerda Larga, me di cuenta de que a la montaña hay que tenerle
respeto, y que las carreras hay que prepararlas bien. Para no sufrir más de lo
debido, para disfrutarlas y para no lesionarse. Así que siendo coherente con el
tiempo del que dispongo para entrenar, me apunté a los 80.
De cara al TP 80, intenté seguir el
plan de los 101 de Ronda, aunque lo varié bastante: los lunes nadaba, martes y
miércoles corría (los martes hacía calidad, aunque series he hecho pocas, muy
pocas, y los miércoles salía con Militano, bastante fuerte). Los jueves una
horita de spinning y los findes tirada larga. Además, mucho core, y para
fortalecimiento muscular, PaleoTraining, que me ha venido genial.
El año pasado salí mucho con Dani y
Mac, mucha calidad los findes; este año ha sido más plano, y tenía miedo de
sufrir por esa falta de entrenamiento técnico, aunque he respondido mucho mejor
de lo que creía. Y en lo que me he equivocado ha sido en correr muchas
carreras. Aparte de la pasta invertida, mentalmente estresa mucho y el planning
se va a tomar por saco, porque antes de cada carrera tocaba tapering, y
después, aunque en las carreras no iba a muerte, había que recuperar. Sí que es
verdad que las carreras son un entrenamiento de más calidad que una tirada
normal, pero alteran demasiado la “vida familiar”… Pero lo positivo es que
todas esas carreras me han ayudado a aprender a sufrir, a dosificarme y a
acostumbrarme a estar mucho tiempo en movimiento.
Así las cosas, a pesar de tener mis
temores, tenía muchas ganas de correr. Después del Reto Solidario, y de lo mal
que lo pasé, me daba mucho miedo volver a sufrir tanto muscularmente.
Psicológicamente sabía que no, porque en una carrera, aunque no vayas con
nadie, vas con todos, y yo no tengo problemas para hacer “amiguitos”…
jajajaajj. Al final, acabé de charleta con Efrén, parte de Valsaín, el
arrastradero y el Camino Schmidt, y con Guillermo la pista de la Barranca y la
entrada en meta. Un abrazo fuerte para los dos.
Después del Reto, el reto fue
recuperarme de los dolores (en concreto, de la sobrecarga del glúteo, que me
traía por la calle de la amargura), pero no perder la forma. Tenía un mes para
ello, antes de volver al tapering pre-carrera. Con tranquilidad lo conseguí,
porque de estar podrido pasé a tener muchas ganas de la carrera, y el dolor
prácticamente había desaparecido. Además, me sentía descansado y muy ligero
corriendo.
Por fin llega el viernes 27 de Junio.
Recojo el dorsal con los enanos (Lucas estaba más nervioso que yo, y Samuel
contagiado… menudo espectáculo en el polideportivo de Navacerrada). Vuelta a
casa y vuelta a Navacerrada para la charla técnica. Vamos, tarde tranquilita…
Cenando pronto, y a las 10, a intentar dormir, sin resultado. Por suerte, me
dormía a las 11 y poco.
A la mañana siguiente, a las 3 arriba,
abdominales y flexiones, y a prepararse para la faena. Desayuno en el baño,
para no molestar, y a untarse de vaselina. Saliendo de casa a las 4 para
intentar aparcar lo más cerca de lo posible de la meta. Sitio de lujo, y
paseíto hasta la plaza de Toros. El bus que nos llevaría a Miraflores ya estaba
aparcado y dejaban subir. Organización perfecta, mucho mejor que la del año
pasado, que tuvimos que esperar. A sentarse dentro, aunque en la calle se
estaba de vicio, y de charleta y risas. Por cierto, fui sentado con Ismael, el
que quedó 3º, ya me advertía que tenía ganas de correr…
No estaba borracho antes de empezar, era por el flashazo... jajajaja |
Llegamos a Miraflores, a moverse un
rato, para calentar. Veo a Pablo, a Carmen, a Diego y a Edu y a Victor. Salgo
con Diego, pero ya me había dicho que iba con ánimo de retirarse en Rascafría,
y en los primeros pasos le dejo atrás. Empieza la carrera!!!!
Con Diego, antes de empezar. Se retiró en la Granja, el bandido, y eso que llegó antes que yo... |
Primero asfalto y luego pista, y
aunque el camino pica, como las fuerzas están intactas, no se para de correr.
La carrera ya se estira. Y el ritmo, si te dejas llevar, se dispara, así que
paro a quitarme el cortavientos para no pegarme la sudada y que en la Cuerda
pase frío. Retomo carrera y al trote.
Hacia la Hoya de San Blas |
Dejamos el arbolado y la majestuosidad
de la Montaña se alza ante nosotros. La pared de la Cuerda Larga aparece. Y
aunque acojona pensar que hay que subir, se sube. Dejamos la pista, y empezamos
a ascender por un sendero de montaña. No muy roto, pero con mucha vegetación
(se nota que no es muy transitado) y con pendiente suficiente para tener que
andar y reservar fuerzas. Después de unas zetas, empieza el terreno complicado
y abierto, ya vemos la pared completamente, y a la fila de corredores
ascendiendo. Es verdad que es empinado, pero en muchos tramos se va a cota, por
lo que el ascenso no cuesta demasiado. Después de un rato, llegamos a la cuerda
y las vistas no pueden ser mejores. Además, se puede trotar!!!. Subimos a la
Najarra, y para abajo a la Morcuera, con tranquilidad que la bajada tiene
pendiente y además, hay que buscar el camino. Esta parte me costó, se me hizo
larga y la subida en ocasiones dura. Y fantaseé con la retirada, pero después
de pensar “mi familia, con todo lo que me aguanta, no se merece que abandone”,
me cambió el chip, y se me afiló el diente.
En la Hoya |
Llegando a la Najarra |
Vistas desde la Cuerda |
Llego a la Morcuera, sólo 12 mins por
encima de lo estimado. Este primer tramo me agobiaba. Había pensado en hacerlo
por mi cuenta, pero no pude, y sabía que la subida era larga, y el corte era
ajustado. Pero llegué con 45 mins de adelanto sobre el cierre de control. Así
muy bien, tranquilo por el momento. Control, avituallamiento y a seguir.
De Morcuera a Rascafría, por pista
ancha, pisada, cuesta abajo (sólo algún repecho al principio), entre árboles,
con primeras luces de mañana… precioso. El problema es que la pista invita al
“encebolle”. Se puede correr y correr, y al ritmo que quieras, pero son 10 kms
hasta el Puente del Perdón y 2 más hasta el avituallamiento de Rascafría, y se
hacen largo. Y pueden pasar factura. Así que a correr, pero tranquilo. La gente
se debió despendolar, porque fui prácticamente solo todo el camino. Casi hasta
el final, donde ya me encontraba a corredores a los que pasaba, y primeros
signos de vida dominguera. Cruzando el puente, me hacen una foto, y una
entrevista!!!! Espero que me saquen en el video… Después de la entrevista, cojo
el carril paralelo a la carretera, y sigo corriendo. Es llano, tengo piernas y
son 2 kms que se pueden hacer eternos. En algún momento tengo ganas de parar,
pero me obligo a seguir. Después venía el Reventón, donde me iba a hartar de
andar, así que había que aprovechar este tramo.
Saliendo de la Morcuera, empieza la pista |
Qué bonito, coña |
Ya se va viendo lo que queda... |
Llego a Rascafría, ambientazo en el
avituallamiento, me encuentro a Pilar saliendo y me echo unas risas. Fotillo,
control de material y a papear. Como bien, recargo líquido. Charlo con un
chaval (de cuyo nombre no me acuerdo, nada raro en mí…), muy majete y al que últimamente
veo en todas las carreras, y suele ir de voluntario. Me voy con mucho ánimo
para el Reventón, y aunque había pensado en correr, ni de blas. Es curioso cómo
cambia la perspectiva de un año para otro y en función del esfuerzo. El año
pasado empezamos la carrera aquí, así que estábamos súper frescos; este año, ya
llevaba 30 kms, muy entero y con todas las ganas del mundo, pero pensando en lo
que me quedaba, ni de coña correr. Saco los bastones, y a subir.
Con cara de alelao... de ahí venimos |
Repechín antes del avituallamiento |
Hada Madrina!!! |
Origen: Rascafría. Destino: Peñalara |
Terminado el Robledal, se coge la
pista del Reventón, con una inclinación que no recordaba. El año pasado las
rectas las hice corriendo y las curvas andando. Este año, al ver el primer
repecho, descarté cualquier atisbo de carrera. Con bastones y paso ligero,
misma tónica que en el Robledal; dejando mucha gente atrás. El problema no eran
los de 110, que es absolutamente lógico y normal que esta parte se la tomen con
tranquilidad, con 60 kms a las espaldas. El problema lo tienen los de 80 que
van a rastras, que “sólo” llevábamos 30 kms, y quedaban 50, o peor, algunos de
60, que sólo con 20 kms ya estaban destrozaos… Primero, hay que saber gestionar
bien la carrera, e ir de menos a más, y segundo, y más importante, hay que
entrenar las carreras, y no apuntarse porque está de moda…. Que luego se puede
dar mal, que te salga una ampolla, o torcerte un tobillo, pero que no sea por
falta de preparación.
Vistas desde el Reventón |
Charlando con unos y otros, cojo a
Pilar, con la que llego “en animada charla” (jejejeje) al avituallamiento. La
verdad es que el tiempo fue muy benévolo, porque corría una ligera brisa y el
sol no pegaba mucho, así que la subida no se hizo excesivamente dura. Es más
pestosa que dura, porque tampoco es que tenga mucha inclinación y es una pista
sin complicación técnica, pero se hace larga.
Mucho ambientillo en el puesto, y un
susto, porque nos dijeron que el del Raso del Pino, nuevo este año, lo habían
quitado. Sin avisar. Nos mosqueó un poco, pero bueno, el año pasado no estaba,
así que a recargar bien de agua a y a tirar. Me quito las zapas para limpiar la
arena y piedrecillas y veo que en el dedo gordo del pie izquierdo tengo un
tomate que me asoma la uña… a tomar por saco los calcetos. Menos mal que llevo
otros de recambio, así que no me preocupo. Y a tirar a Peñalara.
Ambientillo en el avituallamiento |
En el control, otra entrevista!!!! Jajajajaj.
La cámara me quiere!!!!. Como no salga en el vídeo…. Jajajajaja. La verdad es
que recordaba esta parte como entretenida pero larga por los toboganes. Primero
subimos al Alto de los Poyales, desde el que se ve perfectamente la explanada
que lleva a Peñalara. Majestuosa!!! Ganas de canchal, coño!!!! Y como sucede en
Cabeza de Hierro Menor, donde engaña Valdemartín, aquí engaña el Alto del
Nevero. Que hay que subir para luego bajar a la Laguna y luego ya subir… Me
encuentro a Pablo y le veo muy bien. Ole!!! Campeón!!! Acabó muy bien.
Cumpliendo sueños!!! Con su ejemplo deja bien claro que todo está en la mente y
en la voluntad, que la edad no importa, si se tienen ganas!!!!
Alto de Poyales |
Lara |
Empieza lo bueno... |
Sigue, por el canchal... |
y termina, joooo |
La bajada por la majada hambrienta se
hace larga y dura, primero hasta llegar donde empieza la inclinación de verdad,
y una vez llegados allí, por lo que sufren las rodillas. Aunque me salgo del
camino, al final (aunque hay mil caminos para bajar), por fin llego al chozo, y
ando, no corro como el año pasado, para poder recuperar. Cuando empieza la
fronda, decido empezar a correr, para que el tramo hasta la Granja no se haga
tan largo. Y es que son 9 kms que andando se pueden hacer eternos. Sorprendentemente,
sí que hay avituallamiento en el Raso del Pino!!! Pero cómo rompe la carrera
Peñalara, que en este avituallamiento somos 4 gatos. Me entero de que la de 60
la ha ganado Castán, menudo salvaje. Y sigo. Con cuidado, pero corriendo.
Aguanto bastante, aunque algunos tramos los hago andando. Y se me hace mucho
más corto que el año pasado. Durante un rato, voy solo, pero al final me
engancho a gente, y acabo de charleta con un chaval.
Bajando a la Granja |
Ambientillo en la Granja, mucha
animación, que da mucha vidilla. Casi las 5 de tarde, buena hora para comer…
jajajajaja. Poca gente en el avituallamiento, en comparación con el año pasado
(llegué aquí a las 13.00). Como bien. La pasta sabe a gloria, y como queso y
más queso. Llamo a Marta, y como en todas las ocasiones anteriores, me
encuentra muy bien. Y es que estaba muy bien. Desde aquí ya sólo faltan 30 kms.
Que se hacen largos, pero son fáciles, y sirven para recuperar.
Recién comidos... |
Salgo andando, para asentar un poco la
comida, me encuentro a Guadarrama Trail, que mira que es majo, y en cuanto
pillamos el sendero, aprovechando que la temperatura no era muy alta, estaba
nubladete y había brisilla, empiezo a correr, hay que aprovechar mientras haya
ganas!!!! Paso a muchos corredores que me miran asombrados porque voy corriendo…
jajajaja. Me paro cuando hay escaleras o cuando toca adelantar, pero todo el
Camino de las Pesquerías me lo quito rápido corriendo. Cruzo la carretera, y entro
en Valsaín. A correr en cuanto se pueda. La primera parte la hago corriendo, más
trotando, pero se notan las más de 10 horas que llevo en carrera, y dejo de
correr para empezar a andar. Me lo planteo como una recuperación para la última
parte. Es más respecto y afán por reservar para lo que quedaba, que por
problemas musculares. Cuadriceps perfectos, ni una molestia. Y mira que en el
reto sufrí, que no podía casi andar. Y aquí con el triple de desnivel
acumulado, fresco como una lechuga… A paso muy rápido, voy consumiendo camino.
Y cuando llego a la zona donde estuve con la family el Viernes Santo me alegro
mucho. Qué buen día pasamos!!! Pocos paseantes, el día no invitaba, pero que
dan ánimos y se agradece muchísimo. Cada vez veo a menos corredores. Al final,
nos juntamos un grupo, y acabamos charlando. El año pasado esta parte costó,
por el calor, y por toda la vuelta que dimos hasta la Casa de la Pesca, pero
este año llegamos directo, cuando ya nos empezaba a extrañar que tardásemos
tanto.
Buenos recuerdos!!! |
En la Casa de la Pesca sí que hay
gente, descansando para el último tramo, y están los compis de Amparo. Me
presento, saben quién soy y nos reímos un rato. Y es que hay que tener buen ánimo,
y disfrutar. Que se sufre, pero si de vez en cuando charlas con la gente, con
otros corredores, con los voluntarios que son
magníficos, la carrera se hace mucho más llevadera. Fotillo y a seguir. A
por el arrastradero!!!!
El escenario “prehistórico”, la senda
entre helechos, magnífica, y la subidita tendida hasta el arrastradero se hace
llevadera, de charla con Efrén, el astur. Espero que te salga muy bien el Mont
Blanc!!! Llega el arrastradero y toca dejar de hablar. A apretar el culo,
mirada al suelo, y pasito corto. Apoyado en los bastones, sin prisa pero sin
pausa. Y en 20 mins, estaba hecho!!! “Jo, que pooooocooooo!!!! Jajajaajjaajajaj
Empieza el arrastradero, ganasssssss!!!!! |
Llegamos a la Fuenfría y a tirar por
el Schmidt. Sin parar, aunque andando, ritmo infernal. Nos dábamos con los
bastones!!! En cuanto recuperamos un poco, las bajadas corriendo. Y la hora que
nos llevó se hizo corta, porque la meta estaba a la vuelta de la esquina (del
emburriadero).
Control en el Puerto, un poco de queso
y a seguir, que quiero llegar ya!!!! Intento subir corriendo el Emburriadero,
pero cuesta, así que ando muy deprisa. Y cuando toca bajada, a correr. Pidiendo
paso a la gente, que subidón!!!! Bajo un tramo largo, con mucho cuidado, que el
terreno es peligros, y la caída puede hacer pupa, pero toca parar porque las
piernas se cargan. Ando hasta la pista, y el tramo atrochando lo hago con
cuidado, porque me noto torpe, pero en cuanto pillo pista, a correr!!! Tampoco es
que fuese un prodigio de velocidad, pero iba a mis buenos 5 y pico, con 85 kms
en las piernas.
Vista del Puerto desde el emburriadero |
Paso el control de la Barranca, y aunque
sabía que el tramo final se hace largo, las ganas por llegar lo hace más largo.
Pero me engancho a Guillermo, a quien había pasado antes y había decidido
correr, y terminamos los dos juntos de charleta. El repecho después del paso
canadiense lo hacemos andando, pero en la carretera vuelta a la carga. Y en
Navacerrada entramos con muchas ganas!!! Cuando pasamos por las terrazas, la
gente animando te hace el tío más feliz del mundo, y ver a tu familia en la
meta, es lo más grande!!! Llego hasta ellos, y no puedo estar más contento,
porque he llegado, lo he hecho, a pesar de lo cansado que estaba ya al final de
la preparación y que no sabía si se me iba a dar bien o no, si me iba a costar
mucho o no, y sobre todo, porque me ven muy bien. Y entro en meta esprintando
con Lucas!!!!
Fui el último de los compis en entrar
a meta (Sumi se retiró, el sueño le pasó factura). Victor y Edu hicieron tiempazo,
Pablo lo consiguió, Dani cumplió su reto. Mac no corrió, pero estuvo en espíritu
(y en el whatsapp… sin batería acabé, de tanto mensajito, jajajajaj). Enhorabuena
a todos!!!!
A pesar del ánimo un poco sombrío con
el que empecé, agobiado porque no quería llegar tarde a casa, porque Marta
también se merecía su tiempo, en la cuerda cambié el chip y disfruté como un
loco de toda la carrera. No tuve dolores, y conseguí cumplir con los ritmos
previstos. Me lo pasé muy bien con la gente, y me di cuenta de que si estás
bien de coco, los kilómetros caen como churros!!!!
Gracias a todos los que me habéis
acompañado, pero sobre todo, gracias a mi familia por aguantar mis neuras. Todo
esto va por vosotros. Os quiero.
Pobres calcetos |
El polvo del camino |
Para ser feliz, sólo hace falta la sonrisa de un niño orgulloso de entrar corriendo en meta con su papá y aplaudido por el público... |